
Este Código Ético constituye la base de las cualidades morales de los
miembros de SIWA
-
Yo
-
«Solo podremos ayudar hasta donde nos ayudemos a nosotros
mismos”.
Crecer en cualidades personales es el modo más importante y eficaz de
lograr que el mundo sea mejor.
-
“Solo podremos desarrollarnos hasta donde alcancen nuestros
valores”.
Los valores humanos son la medida de nuestra verdad, nuestra belleza
interna y nuestra bondad, y marcan el límite de nuestra aportación al
mundo. Porque una persona sin valores no sirve para nada. Ni siquiera
para sí misma.
-
“Solo podremos progresar hasta donde se atreva nuestra voluntad”.
La voluntad es la transformadora de las intenciones en realidades.
Nuestro entorno
-
“Lo que nos rodea es el espejo de cada uno”.
Lo que irradiamos se impregna a nuestro alrededor; orden, desorden,
alegría, tristeza, amor, odio… La vida es “permeable”, y se impregna de
toda energía que recibe. Buenas o malas compañías modifican el destino
de las personas. Y nosotros modificamos el destino de los que nos rodean.
Incluso cuando no hacemos nada.
Por ello son muy importantes las relaciones, con quién participamos de la
vida. Y los integrantes de SIWA no pueden formar parte de colectivos que
transgreden nuestros principios éticos.
-
“Si nuestros pensamientos, sentimientos y actos son buenos,
contribuiremos a que nuestro entorno sea más bueno. Pero también al
contrario”.
La frase “piensa globalmente, actúa localmente”, atribuida a Patrick
Geddes, ilustra perfectamente esta idea. Nuestra contribución al mundo
siempre debe comenzar por nuestro entorno. Olvidarse de él, pensando
en metas más elevadas, es un error que nos desequilibrará e impedirá que
seamos felices.
Del mismo modo, tanto una actitud negativa como una actitud pasiva
pueden hacer insoportable la vida y las relaciones en nuestra esfera
inmediata. Porque la pasividad es la cesión de nuestra libertad y de
nuestras capacidades a otros.
-
El mundo
-
“Todos los participantes de SIWA nos comprometemos a contribuir
activamente a mejorar el mundo en que vivimos”.
Esta pequeña mota de polvo que vaga por el universo es la única casa
donde podemos vivir.
Personas, animales y cosas participamos de un mismo espacio vital donde
nacemos, nos relacionamos y nos reintegramos con el todo en el fin de
nuestra vida.
Mejorar el mundo debería ser un principio fundamental en la enseñanza
de todas las escuelas de nuestro planeta, porque nuestras aportaciones,
buenas o malas, contribuyen a modificar nuestra realidad mucho más allá
de donde podamos imaginar.
-
“Nuestra aportación, buena o mala, es el legado que damos a
nuestros compañeros de viaje actuales, pero es también la semilla para las
generaciones venideras”.
El valor de lo que dejamos para el futuro es uno de los sentimientos
arraigados en el ser humano, aunque a veces lo intentemos ahogar con
una vida vana y superficial.
La importancia de ayudar
-
“La mayor satisfacción se logra ayudando a los demás, porque
damos amor de la forma más práctica, nos sentimos útiles, resolvemos
problemas y mostramos un modo de actuar que seguirán todas las
personas agradecidas”.
Solo si nos implicamos en la vida, si participamos activamente, seremos
capaces de construir lo que realmente vale la pena.
Porque la timidez no tiene cabida cuando alguien necesita de nuestra
ayuda.
-
Intervenir
-
“Los derechos de las personas acaban en el punto donde
empiezan los derechos de los demás”.
Debemos entender que nadie puede tener todos los derechos, porque
entonces, el resto del mundo no tendría ninguno.
Las relaciones entre las personas y entre los grupos se deberían basar en
el respeto mutuo y la colaboración. Cuando la raza humana nos demos
cuenta de esto daremos un salto evolutivo sin precedentes.
En SIWA hacemos lo posible para lograrlo dentro de nuestro ámbito, y
trasmitirlo a los demás, como quien encuentra algo maravilloso y desea
que los demás también lo disfruten. Porque merece la pena.
-
“Intervenir en caso necesario es un modo de crear un mundo más
justo y mejor”.
Como dijo Edmund Burke, para que el mal triunfe solo es necesario que
los hombres buenos no hagan nada.
Implicarnos en la justicia del mundo tiene sus riesgos, pero permitir la
injusticia es la mayor condena que podemos sufrir por nuestra propia
conciencia.
-
Amor responsable
-
“Luchar por la justicia, ayudando a que quien lo necesita para que
pueda levantarse y continuar por sí mismo”.
La verdadera forma de amor en toda su dimensión consiste en contribuir a
que el mundo sea mejor, que las personas sean mejores, que la vida sea y
esté mejor. Por ello, no podemos conformarnos con dar una limosna por
pena; nuestro objetivo debe ser que la persona a quien ayudemos pueda
mejorar realmente. Y muchas veces, unas palabras de ánimo hacen mucho
más que dar unos céntimos sin mirar a los ojos.
-
“Ofrecer ayuda a quien lo necesite, pero también respetar su
decisión de dejarse ayudar o no”.
La forma de interpretar el mundo pertenece a cada uno, a sus
experiencias y sus percepciones de la realidad. Hay personas que están en
condiciones de ser ayudadas en caso de necesidad, pero otras no.
Y es importante saber respetar estas decisiones, porque solo podremos
ayudar a quien ponga lo suficiente de su parte.
-
“Respetando a los demás y a nosotros mismos, mantendremos una
actitud de amor responsable”.
Recuerda que cuando señalas con un dedo, hay otros tres que te están
señalando a ti. Las críticas, si no se dan cuando se piden, muy pocas veces
tienen utilidad, al contrario, suelen provocar que la otra persona pueda
reaccionar de un modo hostil y crearle resentimiento.
Igualmente, si alguien nos critica y no estamos dispuestos a escuchar, lo
mejor es indicarle de un modo respetuoso pero firme, que no le hemos
pedido su opinión, y que debe respetar nuestro criterio del mismo modo
que nosotros respetamos el suyo.
El concepto de amor responsable se puede definir como una actitud hacia
los demás que comparte de forma armónica, humilde y respetuosa las
cualidades de padre, juez y compañero.
-
Ejemplaridad
-
“El ejemplo de cómo somos, cómo pensamos, sentimos y actuamos,
es la mejor lección que podemos dar”.
Todo lo que manifestemos a los demás serán lecciones de vida. Podrán ser
buenas o malas lecciones, y eso es nuestra responsabilidad, no de los
demás. Los demás podrán atender a esas lecciones o no hacerlo, y esto es
de la incumbencia de ellos, no de la nuestra.
-
“Desarrollándonos al máximo podremos alcanzar metas
insospechadas, y también demostramos a los demás que es
posible”.
La energía es el medio de interactuar con nuestro entorno. Las
capacidades que nos ha concedido el destino pueden ser aprovechadas o
desechadas, cada cual tiene la capacidad de elegir. Pero solo seremos
ejemplares si exprimimos al máximo nuestros “talentos” (recordad la
parábola de La Biblia) y los utilizamos para hacer el bien y ser felices. Y no
necesariamente en este orden.
-
Aprobación y entrada en vigor
Este Código Ético se ha aprobado por unanimidad en Reunión de la Junta
Directiva de SIWA, de fecha 19 de enero de 2017, entrando en vigor ese
mismo día.
Debe estar conectado para enviar un comentario.